Os habéis fijado en la cantidad de empresas que utilizan perfiles personales para comunicarse en las redes sociales? Desde Facebook hasta Pinterest, pasando por LinkedIn, son muchas las compañías que, por desconocimiento, dejadez o simplemente porque no le dan importancia a las redes sociales, no están utilizando aquellos perfiles creados específicamente para cubrir a sus necesidades de comunicación.
- Empresas que simplemente no existen. No tienen página de empresa ni los empleados de esa empresa pueden etiquetarla en su perfil profesional.
- Empresas que existen… y ya. Aquellas compañías que un buen día escucharon que «hay que estar en LinkedIn» y consecuentemente rellenaron los datos mínimos para tener una ficha colgada en esta red (escueta descripción de la empresa, lógicamente sin ninguna imagen representativa, y en el mejor de los casos un link a su web). Algunas dan un paso más y contratan el paquete de Recruitment, estrategia a mi parecer incoherente.
- Empresas (pocas, poquísimas) que tienen y gestionan su presencia en LinkedIn, realizando un correcto mantenimiento de su página, destacando en ella los productos o servicios que más le interese, enfocándolos al tipo de cliente que puede encontrar en LinkedIn, incluso segmentando sus comunicaciones a su audiencia. Una página de empresa correctamente confeccionada acaba siendo una segunda web para una compañía, puesto que permite tener varias secciones, insertar muchos links, hacerla muy visual con banners y vídeos, facilitar personas de contacto dentro de la organización para – por ejemplo – ampliar información sobre un servicio concreto (persona accesible directamente a través de LinkedIn, sin necesidad de que pertenezca a la misma red de contactos), solicitar y mostrar testimonios de clientes (de nuevo para cada línea de producto)… Y por supuesto, las estadísticas sobre el funcionamiento de la página, sobre la audiencia o sobre los contenidos que tienen un mayor interés para nuestro público!
- En el otro extremo están aquellas compañías que aunque voluntariosas, fracasan estrepitosamente en su estrategia de comunicación en esta red social, ya que el punto de partida es el equivocado: utilizan perfiles profesionales (personales) para gestionar su marca, tratan de acumular contactos y no aportan lo que se esperaría de una empresa que tiene algo que decir.