Hace unas semanas, durante una formación a medida para el equipo directivo de una empresa, mi cliente me recomendó fervientemente ver el primer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror. “Te encantará” me dijo. Hace unos días finalmente vi el capítulo en cuestión y realmente no tiene desperdicio.
¿Por qué os cuento esto? En este capítulo se muestra un escenario en el que nuestro estatus social dependerá de en qué medida somos “agradables y aceptados socialmente” por los demás.
En este hipotético futuro cada persona tendrá una puntuación y, con cada interacción, las personas de nuestro entorno nos valorarán positiva o negativamente. En base a nuestra puntuación podremos ir escalando en la sociedad y ser capaces de adquirir lujos.
Eso me ha hecho pensar en algunos debates que he estado siguiendo recientemente en LinkedIn.
Muchas personas se obsesionan con las métricas que LinkedIn nos pone delante a modo de zanahoria, que si “perfil estelar”, que si “SSI (Social Selling Index)”…
Estoy totalmente a favor de medir los resultados de nuestros esfuerzos en LinkedIn, es la única manera de determinar si estamos yendo bien o mal para alcanzar nuestro objetivo. Sin embargo, en ocasiones, algunos profesionales pueden llegar a perder el foco, tomando la métrica por un objetivo en sí mismo.
Os pongo un par de ejemplos de debates que “se fueron de las manos”:
El primero hace referencia a la puntuación de Eficacia de nuestro perfil, ya sabéis, el gráfico circular que vemos en nuestro perfil profesional en LinkedIn y que indica cómo de completo está el mismo.
Pues bien, hace unas semanas seguí este debate, donde un profesional planteaba si había un nivel siguiente al de Estelar. Siguiendo la conversación, resultaba que como el gráfico deja un espacio en blanco (no se rellena el círculo totalmente), eso podía dar a entender que había un nivel superior. Esta publicación trajo cola, muchos profesionales entraron al trapo, y se creó un debate muy acalorado sobre si sí, si no, si qué había que hacer para lograrlo, se confundieron términos (como sabréis, en los últimos meses esta métrica ha cambiado su terminología, cambiando los nombres de los distintos niveles)… En mi opinión se perdió la esencia (excepto para la persona que arrancó el debate, que no sé si consciente o inconscientemente mejoró la visibilidad de su perfil, gracias al éxito de su publicación), ¿qué más da si le faltan un par de milímetros de azul al circulito?
¿Qué más da, si le llamamos estelar, eminencia o power ranger amarillo?
Lo que importa es: los usuarios con perfiles completos tienen 40 veces más posibilidades de recibir oportunidades vía LinkedIn. Curiosamente, según la plataforma sólo el 51% de los usuarios tienen el perfil completado al 100%. Por lo tanto, lógicamente, si trabajamos bien nuestro perfil, implícitamente, esta puntuación subirá.
El segundo ejemplo, hace referencia al SSI. Este índice, fue creado por LinkedIn como gancho para comercializar Sales Navigator, no es más que la «nota» que LinkedIn pone a nuestra actividad en la red.
Hace un tiempo, se puso muy de moda, y casi todo el mundo se puso a compartir su puntuación con su red. De nuevo, numerosos debates en torno a «mi puntuación es esta o aquella», «me ha subido el SSI», «me ha bajado el SSI»… curiosamente, de esos hay menos, será que sólo hacemos público aquello que nos halaga el ego.
Igual que en el caso anterior, por supuesto, dentro de una estrategia, con unos objetivos marcados, y un plan de acción a ejecutar, tiene sentido fijarse en las métricas para corregir – si cabe – el rumbo. Pero no, que el objetivo sea subir 2 puntos tu SSI.
Es mucho más útil y sensato, interpretar la cifra que nos da este índice vs lo que nosotros sabemos que estamos haciendo hoy en LinkedIn. Por ejemplo, si hemos decidido trabajar nuestro branding personal, y como primer paso estamos focalizados en optimizar nuestro perfil, será lógico que salgamos bien en la foto para la parte de “Establece tu marca personal” y peor parados en el apartado de “Crea relaciones”, porque en realidad será una decisión consciente la de no estar contactando gente de forma intensa en ese periodo. Nada es casual.
Existe una correlación directa entre la puntuación en el SSI de Linkedin y el número de visualizaciones de un perfil de LinkedIn. De nuevo, eso es sentido común, cuando estamos haciendo las cosas bien en LinkedIn, seremos más atractivos y más visibles, por lo tanto, nuestra puntuación también mejorará.
Con estos ejemplos, lo que quiero plantear es que la única métrica real, son los resultados.
¿Utilizas LinkedIn para ofrecer tus servicios o los de tu empresa? ¿Consigues RFP’s por esta vía? Bien. ¿Utilizas LinkedIn para buscar empleo? ¿Consigues que te consideren para una posición en la que encajas? Bien. Todo lo demás, hay que considerarlo como métricas complementarias para ir refinando nuestra estrategia en LinkedIn o, al menos, esa es mi humilde opinión.